Germinados
Entendemos
por germinado a cualquier semilla cuyo metabolismo es estimulado por el
contacto con el agua, el aire o el calor. Germinar es crear las condiciones
adecuadas e idóneas para que la vida que habita en cada semilla despierte.
• Las semillas germinadas son la máxima fuente de proteínas, aminoácidos, enzimas, vitaminas, clorofila y minerales que tenemos a la mano y debemos aprovechar. Son un alimento vivo, ya que al ingerirlos estamos incorporando a nuestro organismo la energía vital de la semilla que acaba de despertar. Cuando las semillas germinan su contenido nutricional cambia, se mejora y aumenta.
• En comparación con otros alimentos, los germinados son la máxima manifestación de lo vivo gracias a su fuerza de crecimiento; precisamente contienen hormonas de crecimiento, además de proteínas de gran valor biológico. Sus efectos desintoxicantes y reconstituyentes ayudan a que nuestro cuerpo se mantenga sano. Presentan a su vez una combinación fácilmente asimilable.
• Los germinados fortalecen el sistema inmunitario y constituyen un excelente suplemento vitamínico para contrarrestar los efectos negativos de la vida actual: estrés, ruido, exceso de trabajo y alimentos desnaturalizados.
• Las semillas germinadas son un alimento predigerido, lo que supone una economía energética para el cuerpo, al exigir menos esfuerzo al aparato digestivo. Por ser alimentos frescos no se pierde la energía de sus sustancias activas y debido al alto contenido en enzimas llegan a aprovecharse todas, a diferencia de los alimentos desnaturalizados (energía vacía) o de las carnes (energía excesivamente costosa, entre otros inconvenientes). Los procesos industriales destruyen la vitalidad del alimento que requerirá más energía para ser digerido y además, "robará" sustancias orgánicas del propio cuerpo para poder asimilarlo.
• Se trata pues del alimento más nutritivo y vital al mínimo precio. Es más barato que cualquier otro si calculamos la cantidad de energía y dinero gastado antes de que podamos comer un determinado alimento: productos químicos, maquinaria, transporte, empaquetado y publicidad, frigoríficos, personal, intermediarios. Con todo, el precio más caro que pagamos es el progresivo empobrecimiento del suelo y el deterioro de nuestro planeta.
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